A veces el día a día esta fuerte que llegamos a sentirnos sin aire en los pulmones, el trabajo, los problemas y la situación económica son tareas que pueden aplastarte al punto de parecer que todo se viene abajo. He tenido días así, realmente aquellos que no creen no sé cómo pueden lidiar con estos días, en cambio los que tenemos fe tratamos de mantenernos aferrados a ella a toda costa.
Esta semana pase por momentos que pensé caería de rodillas en algún momento, pero en la visita de la Virgen de Fátima a nuestra empresa escuche el Salmo 33:
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
Él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
Pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R/.
El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a Él. R/
Tengo las mismas situaciones, pues no con una barita mágica tendré el poder de solucionar mis problemas. Pero si les puedo decir que la paz en mi corazón y la fe de qué podre solucionar cada uno en su tiempo, solo pido salud así poder hacerlo.
El no tener fe es como si un automóvil pudiera transitar sin ruedas, más allá de las diferencias que puedan llevar a que nos separemos el momento de la oración es lo suficientemente fuerte como un pegamento extra fuerte que nos une en ese momento divino que solo pensamos en glorificar a Dios.

En estos días he comulgado con mi corazón en oración con Dios, ese momento especial en que escuchas que todo estará bien. Trabajar duro siempre ha sido la opción cercana, disfrutar de aquellas cosas que el dinero no puede comprar y el amor de los seres queridos que es la fuerza motora para hacer que posamos llegar al final de cada mes.
Si como yo estas atravesando por momentos de turbulencias, te pido que te detengas para que dediques cada día un momento a la oración, yo elegí al acostarme y despertar…tu puedes hacerlo cuando sea cómodo o cuando más lo necesitas, es bueno orar por alguien que sepamos esta junto a nosotros en ese tiempo de tribulación.
