Fueron tantas las veces que estuve enferma en mi niñez e interna , que recuerdo haberme tocado tres veces la misma habitación, con el cuadro de una enfermera diciendo silencio. Realmente, el sólo oler un centro sanitario ( el que sea ) me causa grandes arcadas en el estómago. Y es que hemos vivido momentos duros allí; hemos tenido grandes pérdidas que hoy por hoy no entendemos. En ocasiones no sabemos sin son robots o médicos los que atienden a nuestros seres queridos.
Pero con alarmante asombro he visto al transcurrir de los años, como cada día se vuelve un dolor de cabeza enfrentar los gastos médicos, lo que sumado a la frialdad como te dan los diagnósticos, a veces puede ser peor que la misma enfermedad. Llegando al punto de quizás requerir un tratamiento psicológico para poder enfrentar al que te toque, shhhh sorry… pero es la verdad, quizás muchos de ustedes dirán “mi medico no es así”, pero, créanme si hay médicos que ni el rostro te observan.
Pero como en todo hay sus excepciones, puedes tener la suerte como en la Lotto de encontrarte con una persona que además de ser un humano, es doctor!!!!
Durante los últimos 50 años, gran parte de los profesionales de la medicina, progresivamente han perdido la imagen humanista que los identificó con el modelo hipocrático durante milenios, para ser considerados como simples técnicos, ávidos de reconocimiento económico y profesional, adheridos al modelo racional cientificismo y divorciado de la sensibilidad humana, consustancial al ejercicio de la medicina clásicas, cuyo humanismo sustentaron para la posteridad médica los más calificados cultores del pensamiento ecuménico, tales corno Hipócrates, Aristóteles, Platón o Gracián. Ellos aportaron los conceptos esenciales que definen la espiritualidad humana. HUMANISMO MÉDICO Martín Nizama-Valladolid
Y su juramento de hipócritas qué?

Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higía y Panacea y pongo por testigos a todos los dioses y diosas, de que he de observar el siguiente juramento, que me obligo a cumplir en cuanto ofrezco, poniendo en tal empeño todas mis fuerzas y mi inteligencia.
Tributaré a mi maestro de Medicina el mismo respeto que a los autores de mis días, partiré con ellos mi fortuna y los socorreré si lo necesitaren; trataré a sus hijos como a mis hermanos y si quieren aprender la ciencia, se la enseñaré desinteresadamente y sin ningún género de recompensa.
Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modos de enseñanza a mis hijos, a los de mi maestro y a los discípulos que se me unan bajo el convenio y juramento que determine la ley médica, y a nadie más.
Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según mis facultades y a mí entender, evitando todo mal y toda injusticia. No accederé a pretensiones que busquen la administración de venenos, ni sugeriré a nadie cosa semejante; me abstendré de aplicar a las mujeres pesarios abortivos.
Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza. No ejecutaré la talla, dejando tal operación a los que se dedican a practicarla.
En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermos; me libraré de cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitaré sobre todo la seducción de mujeres u hombres, libres o esclavos.
Guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi ejercicio y que no sea indispensable divulgar, sea o no del dominio de mi profesión, considerando como un deber el ser discreto en tales casos. Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí la suerte contraria.
¡Pero es que lo olvidaron todo! porque la medicina moderna los centra en el dinero, en que se creen que cuanto más tienen más poderosos son y nosotros los hemos endiosado. Los enfermos ¿Qué somos para ellos? por eso sigo con mi médico que aun me reconoce por más tiempo que dure en asistir a verlo, porque él es de la vieja escuela, de los que no te cobran por ver los resultados de los exámenes que te envían a realizar. La Medicina después de la Tecnología es el mejor negocio mientras mayor la especialización del doctor, pero y si no hay pacientes que puedan pagar que pasara con ellos?

En estos días he vivido los que en años, quizás porque en mis 20 años trabajando no me ha visto en la necesidad de usar los servicios médicos que por nómina me han sido descontado en las diferentes empresas y aseguradoras. Impotencia, es la que viví la que me ha enseñado que mientras mejor el centro y moderno peor el servicio, años llevando mi hijo a un respetable centro sanitario donde nunca nos hicieron a él y a mí los diagnósticos que un centro médico promedio me abre los ojos creando una alerta que nos ocasiono un solo dolor de cabeza, sin lujos, con súper agradables atenciones, con medicinas en tres días echamos la batalla.
Hoy agradezco también aquellos a los que consulte, que ni me escucharon y ni tuvieron el tiempo para responderme, gracias. Agradeciendo aquellos que sin conocerme me orientaron tan bien que me devolvieron la respiración al cuerpo, por último dentro de la actual medicina moderna encontré un médico normal #Neumólogo tradicional que inicio el tratamiento para sanar a mi hijo. Fueron días en los que he agradecido el apoyo recibido, en que me agradezco a mí misma por la fuerza y sobre todo a Dios el médico mayor que poso sus manos y hoy mi hijo está sonriendo.
Espero que los jóvenes, que hoy inician el pre-internado piensen diferente, espero que venga con otra forma de actuar, yo quiero que les vaya bien de corazón, espero que hagan dinero en su profesión que les devuelva el tiempo de sacrificio, pero también les deseo que sean humanos, que cuiden de sus pacientes que con esfuerzos que llegan a sus consultorios es por lo menos para esperar un poco de atención, proyectar el deseo de sanar, controlar cualquier enfermedad o quizás orientar que cuando los visiten por lo menos sientan que son algo más que un formulario del seguro o un monto de efectivo.
Y mientras resolví mi situación por un momento observe la sala de espera, viendo muchas personas con el rostro desesperanzado, y pensé Dios que pasa con los que no pueden. Al final recuerden son #CosasqueVeoporAllí y me dejan en una pieza.
¿Si no tenemos dinero o seguro médico que podría ser de nosotros? dígame alguien porque hoy yo no sé como sobrevivimos.
